13 de marzo de 2025
Los Programas para el Bienestar del Gobierno de México han significado la entrada al sistema financiero para millones de personas, es decir, ha incrementado la inclusión financiera.
La mitad de las y los derechohabientes y beneficiarios de los Programas para el Bienestar obtuvo su primer producto financiero al recibir su tarjeta del Banco del Bienestar, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024.
Esto fue posible ya que la gran mayoría de los Programas para el Bienestar otorga a sus derechohabientes una cuenta de ahorro y una tarjeta de débito del Banco del Bienestar, a fin de que ahí reciban sus recursos, según sea el programa al que están incorporadas o incorporados.
La ENIF encontró que, en efecto, el 96% de las personas que recibe alguno de los Programas para el Bienestar tiene al menos una cuenta de ahorro y una tarjeta de débito.
¿Y para qué sirve estar dentro del sistema financiero? La inclusión financiera es importante porque permite a la población acceder a otras herramientas, como créditos y seguros, lo que impulsa el crecimiento económico y reduce la desigualdad.
Reflejo de esto es que entre las personas que reciben algún programa de gobierno, el 21% tenía en 2024 un crédito (contra 19% en 2021), 14% contaba con algún seguro (contra 10%) y 17% tenía una cuenta de ahorro para el retiro (contra 16%).
Entre los resultados de la encuesta también está que en una comparación entre grupos de edad, el de 60 años en adelante fue el que presentó el mayor incremento de inclusión financiera entre 2021 y 2024, ya que este grupo pasó de 66 a 86%, 20 puntos porcentuales más, y una de las causas de esto es la pensión universal para adultos mayores.
Esta pensión también destacó porque el porcentaje de personas que consideran que cubrirán sus gastos en la vejez con apoyos del gobierno se incrementó en 10 puntos porcentuales, de 56 a 66%, lo que revela las expectativas que ya se han generado entre la población respecto a los Programas para el Bienestar.
Los resultados resultados de la ENIF sirven también como una radiografía de la población que recibe los Programas:
- Alrededor del 20% de la población reportó recibir algún tipo de apoyo de gobierno.
- En su mayoría, estas personas son mujeres (58%).
- El 69% de las personas beneficiarias son adultas mayores.
- Por tamaño de localidad, la población beneficiaria se distribuye 56% en localidades urbanas y 44% en localidades urbanas.
- Por región del país, el 50% se concentra en las regiones centro-sur (33%) y sur (21%), lo cual coincide con las regiones de mayor rezago económico.
En suma, los Programas para el Bienestar no sólo son apoyos directos que benefician la economía personal y familiar de los derechohabientes, sino que también dan la oportunidad de tener acceso a servicios financieros que respaldan una mayor calidad de vida.
El segundo piso de la Cuarta Transformación garantiza así la continuidad de todos los Programas para el Bienestar, que ya son derechos del pueblo.
Estos programas son públicos, ajenos a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en los programas.